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"Hemos llegado a un punto en el que las opciones no radicales ya no nos hacen avanzar. Necesitamos una nueva narrativa que no sólo nos muestre cómo vivir, sino que también nos diga cómo puede ser la vida después de la era de la alienación y la destrucción.

Thomas Gamsjaeger-Allain, Iniciador C4F

Vivir de forma sostenible con christians4future

MANIFIESTO - Parte I

Lo suficientemente largo...

... seguimos creencias mal formuladas o mal interpretadas que alimentan el paradigma de "MÁS RÁPIDO - MÁS ALTO - MÁS". "¡Somete la tierra! El éxito se basa en el rendimiento. Lo que no cuesta nada no vale nada. Confía en el poder invisible del mercado". Estos y otros eslóganes similares debían guiarnos hacia el "modo de vida" correcto. Nos enseñaron a confiar en las máximas de un concepto de progreso que se basa principalmente en el principio de la competencia en lugar de la cooperación y la confianza.  

A pesar de todos los logros de esta era, el precio pagado por la creación y sus criaturas por vivir según estos paradigmas es inconmensurable. Nuestra generación está consumiendo recursos que no serían nuestros, sino de nuestros hijos y nietos. La desigualdad social crece a un ritmo alarmante y la brecha entre ricos y pobres se ensancha dramáticamente. La agresividad y la violencia adquieren dimensiones cada vez más alarmantes y los intereses de las potencias geopolíticas garantizan el renacimiento de la carrera armamentística nuclear. Y por último La destrucción de nuestro espacio vital y la extinción de especies se suceden inexorablemente y con inquietante rapidez.

Nuestro planeta y sus habitantes gimen inequívocamente bajo el peso de estos desarrollos degradantes y destructivos. La acción y la inacción humanas amenazan y destruyen gran parte de lo que, según la comprensión cristiana, es la expresión de la creación divina. Con pleno conocimiento de causa, el hombre está destruyendo visiblemente la vida, los espacios vitales y los sueños vivos. Para llevar el absurdo al punto: Como la llamada "corona de la creación", el hombre no sólo se priva a sí mismo de su dignidad, sino también, en última instancia, de los fundamentos de su propia existencia. La protección de la creación en su totalidad es la única protección duradera de la vida humana. 

 

Lo que queda son preguntas que determinarán el futuro: ¿realmente hay que quedarse de brazos cruzados ante una evolución indeseable reconocida? ¿Deben realmente resignarse a una vida a menudo sin sentido en un mundo alienante y sin perspectivas? ¿O hay alternativas? 

(MANIFIESTO - Parte II)

¿Y si...?

... podría ser de otra manera. De hecho, hubo personas incluso antes que -como el propio Jesús y más tarde San Francisco de Asís- rechazaron las formas de vida impuestas. Estas son las heroínas y los héroes que experimentaron el ridículo y el desprecio hasta que se situaron en el lado correcto de la historia. Ellos son los que nos muestran que los seres humanos están diseñados para la compasión y el amor, no para la lucha y la competencia. Y son ellos quienes nos muestran que estamos destinados a ser una parte responsable de la naturaleza, no gobernantes despóticos sobre ella.

Su ejemplo nos contagia: Los seguimos y descubrimos una nueva confianza y fuerza. Juntos, rompemos las cadenas de la falta de alternativas. A partir de ahora, nos negamos a desempeñar únicamente un papel pasivo de sistema equivocado, porque hemos reconocido que en la cooperación colectiva podemos superar los retos actuales. Nos resistimos a las tentaciones de un consumo y una competencia cada vez mayores. Derribamos el interés propio indiviso del trono de nuestros sueños y reconocemos el verdadero valor del bien común. Hemos comprendido que hay muchas personas que piensan y sienten como nosotros. Por lo tanto, no esperamos más. Nos organizamos.

Los cristianos y todas las personas que recorren este camino con nosotros ya no son parte del problema, sino la punta de lanza espiritual de la solución. No nos quedamos en esfuerzos intrascendentes de reflexión, sino que, como seguidores de Cristo, nos comprometemos de forma pragmática y orientada al impacto con todas nuestras fuerzas a una renovación social y ecológica. 

 

A partir de ahora, daremos forma a nuestro tiempo para que sea recordado como una época en la que despertó una profunda alegría y una nueva conciencia ante el Creador, la creación y la vida. Fue una época en la que se dio un nuevo impulso a la búsqueda de la justicia social, la preservación de la dignidad humana y la paz mundial. Como una época en la que el bien común y el desarrollo sostenible se convirtieron en la máxima que guiaba todos los ámbitos de la vida. Y como una época en la que la humanidad salió de una espiral de destrucción y se elevó a una nueva esfera de conciencia universal.  

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